24 de setembre del 2012

CAPTENIMENT SERÈ DAVANT L'AGRESSIVITAT (13)



L’any 1823 la Santa Alianza  (França, Àustria i Rússia) decideix d’acord amb el Congrés de Verona (1822), acudir en ajuda de Ferran VII “el desitjat”.

Fruit  d’aquesta ajuda és l’enviament dels “Cent mil fills de Sant Lluis”, 132.000 soldats de l’exèrcit francés, sota el comandament de Luis Antonio de Borbó, duc d’Angulema.

L’Ajuntament de Sant Climent rep el 24 de juliol el següent Manifest:

“Su Alteza Serenísima la Junta Provisional de Gobierno de España e Indias, con fecha 9 del último Abril, me comunica lo siguiente:

A LOS ESPAÑOLES. Generosos españoles: Después de tres años de calamidades públicas que han traído sobre la nación la rebelión de algunos de sus malos hijos, amaneció por fin, sobre las tinieblas de vuestro dolor, el día de la paz y el benéfico influjo del orden y la justicia.

La Europa conmovida de vuestras aflicciones, y fatigada del grito de la sedición, se interesa vivamente en poner término a vuestros males; y un generoso nieto de San Luis, al frente de un ejército lleno de lealtad y  de gloria, entra por vuestras fronteras a auxiliar vuestros esfuerzos y a llenar los votos de las naciones.

No son estos aquellos estandartes que amenazaron un tiempo vuestra libertad: es la bandera de la paz sostenida por guerreros valientes, destinada a vendar las heridas que os ha abierto el desorden y la anarquía; a reunir bajo su benéfica sombra, los hijos del valor que vienen a elevar el Trono y el Altar, y a libertar nuestro desgraciado Rey y su Real familia del cautiverio en que los tienen una porción de vasallos rebeldes.

Estos sublimes servicios de nuestros aliados reciben un nuevo lustre todavía del desinterés y generosidad con que se hacen.

Vuestro Gobierno os asegura, sobre su honor y lealtad que ninguna mira de ambición y de interés se mezcla, ni tiene lugar en tan noble resolución. (…).

El peligro común de los males con que la revolución amenaza Europa, ha restituido a las virtudes políticas, el antiguo lustre y carácter de la caballería (…) y se ven para consuelo de la humanidad en las resoluciones de los Gabinetes y en los Consejos de los Reyes, ejemplos sublimes repetidos de una política que deduce sus principales ventajas, no de adquisiciones territoriales ni de tratados mercantiles, sino de apoyar en todas partes y a toda costa los principios de la justicia, y las bases de la sociedad amenazada de una disolución universal.

Españoles: la Europa ha hecho justicia a vuestra lealtad. Sabe que esta virtud es una de las que más ennoblecen vuestro carácter, y está muy distante de confundir vuestros generosos sentimientos con los que los revolucionarios os atribuyen, para cubrir con el nombre de la opinión general de la Nación, los excesos y los crímenes que solo son propios de su facción.

El momento ha llegado en que libres de la opresión, manifestéis a toda Europa cuan justo es el juicio que ha formado de vuestros sentimientos.

No sea solo de nuestros Ejércitos y de nuestros Aliados la gloria de nuestra salvación: toda la Nación oprimida está verdaderamente interesada en la participación de este gran suceso; pero no se manche jamás la enérgica expresión de vuestra voluntad con ningún exceso que ofenda vuestra generosidad.

Españoles: vuestro Gobierno declara que no reconoce y que mira como si jamás hubiesen existido, todos los actos públicos y administrativos y todas las providencias del Gobierno erigido por la rebelión; y restituye en consecuencia provisionalmente las cosas al estado legítimo que tenían antes del atentado del siete de Marzo de mil ochocientos  y veinte.

Destruido el edificio de la anarquía, y restituido el Rey N.S. a su libertad, partirán de este principio conocido todas aquellas mejoras que pidan y aconsejan las circunstancias, y S.M. se digne acordar.

La Junta Provisional de Gobierno de la Nación Española no reconoce otra residencia ni origen a la autoridad soberana que en el Rey; y por consiguiente tampoco ninguna modificación en su antiguo sistema político que  no sea dada por S.M. (…) libremente y con el consejo de las personas sabias a quienes se dignare consultar (…).

Españoles: el escarmiento de lo que acaba de pasar sea para lo porvenir el mejor estímulo  de vuestra vigilancia y precaución, contra las sugestiones insidiosas y siempre falaces de una revolución.

Dentro de nuestras antiguas leyes, buenos usos y costumbres, hallará sin duda S.M., dispuesta ha hacer siempre la felicidad de sus pueblos, aquellas providencias sabias, fruto de la observación reflexiva de nuestro carácter, y que nacidas en armonía con la influencia de nuestras pasiones y necesidades, bastan para fijar de un modo ventajoso y estable nuestros futuros destinos.

Españoles: a vosotros está reservada la gloria de exterminar la hidra revolucionaria, que arrojada de todos los Estados de Europa (…), ha venido buscando asilo, a esterilizar y llenar de desastres vuestro suelo.

Sea pues la más perfecta unión de la divisa de nuestra noble causa, y no haya más que una voluntad, donde no hay más que una opinión (…) y un mismo interés, que es el de salvar la Religión, el Rey y la Patria".

Bayona 6 de abril de 1823. Por la Junta Provisional de Gobierno de España e Indias. Francisco de Eguía. Antonio Gómez Calderón. Juan Bautista Erro.

Lo que traslado a los pueblos de ese Corregimiento para su inteligencia.

Dios guarde a V. muchos años. Mataró 21 de Julio de 1823.

 SANTA CLARA


Voldria afegir en aquest article que cal mantenir el fet de fer les coses sense precipitació, reflexionant abans d’actuar.

Amb unitat que ens faci avançar forts i segurs.

No perdent  mai el carácter dialogant, sabent escoltar i sabent dir.

I mantenint sempre el desig de recerca de pau i llibertat.




Arxiu Municipal de Sant Climent de Llobregat

Continuarà...